Con el pasar de los años hemos visto la aparición de nuevos sistemas de brackets y nuevas filosofías ortodóncicas, donde básicamente todos tienen los mismos principios y la misma finalidad; alinear, nivelar, mejorar oclusión, acondicionar y optimizar espacios para una rehabilitación protésica, preparación prequirúrgica, etc. En fin, sea cual sea el camino y la relación interdisciplinaria lo que se busca es una estabilidad neuro oclusal de la mano con la función y la estética.

Pero al finalizar el tratamiento, ¿quién retira los restos de cemento remanente de los brackets? ¿Es un trabajo del asistente dental, del odontólogo general, del protesista o del propio ortodoncista?

En mi opinión, el trabajo de retiro de brackets y pulido de la estructura dental debe ser un trabajo del especialista en ortodoncia, quizás de la mano con el esteticista o rehabilitador, y debe procurar conservar el esmalte con las mismas condiciones que al inicio del tratamiento, sin embargo, el esmalte puede presentar alteraciones debido a múltiples procedimientos a los que es sometido durante el tratamiento, pero eso ya lo discutiremos en otro momento.

El retiro de la aparatología fija es tan preciso y delicado como el cementado y calibrado de dichos brackets, y hay protocolos ya descritos por la literatura que describen el paso a paso en el uso de fresas multihojas, bisturí, discos de pulido o gomas a baja velocidad, con o sin refrigeración, etc.

Hemos asistido a congresos, seminarios, cursos de actualización de técnicas ortodóncicas, alineadores, brackets, nuevas filosofias, etc., pero, ¿nos enseñan a identificar si el esmalte tiene alguna alteración?

¿Aprendemos sobre adhesión? ¿O todos lo hacen como yo lo he venido haciendo? (grabado ácido 15 a 20 seg + adhesivo + Bracket con resina)

¿Nos enseñan técnicas y protocolos para el retiro de aparatología fija?

A pesar de dichos protocolos preexistentes, se me ha hecho muy útil y sugiero la inclusión de sistemas de fluorescencia (como el k-lite de SmileLine) que nos ayuda a identificar las pequeñas capas de material resinoso que nos pueden quedar en la superficie del esmalte que son imperceptibles al ojo humano. Así como también la inclusión de la magnificación mediante microscopios o lupas que nos permitan apreciar mejor la superficie dental.

Con esta propuesta, del empleo de la fluorescencia y la magnificación, este procedimiento no asegura ser infalible, ya que en su mayoría dependemos es de la paciencia, dedicación y ética del clínico, lo principal es tener en cuenta que este no es un procedimiento de 5 minutos, requerimos una cita como tal, paciencia, y los instrumentos y/o materiales adecuados a la mano.

Odontólogo Alfredo Natera G.

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